Con el disco producido para Barclay Records consolidándose como un éxito en el mercado francófono, Raphael emprendió una destacada gira por Oriente Medio, logrando gran aceptación en países como Líbano y Turquía. A su regreso a Madrid, convencido de su creciente popularidad en España, tomó la iniciativa de formar su propia compañía y recorrer el país entero.
Raphael ya había actuado en una amplia variedad de salas y locales españoles, además de aquellos países que, en especial durante esa época, poseían un aura de exotismo. Su nombre empezaba a figurar con letras cada vez más grandes en los carteles, superando al de otros artistas—aquello, como siempre, era clave para marcar posición. Los periódicos destacaban sus actuaciones en lugares emblemáticos como los «jardines de verano del hotel Pez Espada» en Torremolinos, el Nueva Romana en Madrid o el Maxime en Lisboa. A la par, su presencia televisiva crecía con apariciones en programas como Gran Parada de TVE, mientras debutaba en el cine con la película Las gemelas, su primera incursión en la gran pantalla.
En enero de 1964 Raphael no solo confiaba en su capacidad como cantante, sino también en su visión empresarial. Junto al apoyo de Paco Gordillo, decidió liderar un espectáculo que incluiría otros artistas de diversos géneros y estilos: un ambicioso show de variedades pensado para teatros reconocidos de toda España.
Este sueño había germinado durante largas conversaciones en París junto a Gordillo. Aprovechaban los tiempos libres entre las grabaciones del EP para Barclay para imaginar un futuro lleno de metas audaces: actuar en el Olympia de París, conquistar América, presentarse en Nueva York y Londres, ser parte del cine, y por supuesto, producir y encabezar una gira nacional. Las metas internacionales aún requerirían algunos años para materializarse. Aunque Raphael declaraba entusiasmado en sus entrevistas que «muy pronto iré a México» o «en octubre estaré en Nueva York», la realidad es que tales giras americanas dependían de factores ajenos a él. Por ahora esos planes seguían posponiéndose más de lo deseado por Raphael y su círculo cercano.
Noches de ronda
Mientras los proyectos internacionales permanecían en pausa, la gira por España se tornaba mucho más tangible. Raphael había logrado reunir suficiente capital como para financiar su propio espectáculo sin depender de terceros. Así nació Noches de ronda. Con este proyecto contrataron artistas y técnicos indispensables, alquilaron decorados, telones, equipos de audio e iluminación, e incluso adquirieron un autobús decorado con el slogan «Noches de ronda. Raphael presenta». Como estrella principal del espectáculo, Raphael viajaba de ciudad en ciudad en un Renault Gordini recién comprado por Paco Gordillo.
La primera parada fue Andújar, en Jaén, donde el éxito excedió las expectativas. El público llenaba el teatro y el espectáculo encantaba a los asistentes. Luego llegó Linares, la ciudad natal de Raphael, donde una vez más tuvo una acogida extraordinaria. En el Teatro Olympia, el artista deslumbró a sus paisanos con una actuación memorable. Un periódico local tituló su entrevista como: «Rafael, el popular cantor de melodías es natural de Linares, donde ha actuado con éxito». En ella se detallaba cómo el joven artista había sido ovacionado por un público entusiasta y especialmente por las jóvenes admiradoras que le solicitaban autógrafos con fervor tras bambalinas.
Sobre su regreso a Linares tras veinte años, Raphael comentó: «Siempre frente al público siento una gran responsabilidad y respeto. Hoy, estar ante mis paisanos me hizo experimentar aún mayor emoción y un deseo profundo de agradarles». En la misma entrevista adelantó: «Continuaré mi gira por toda España; venimos de Andújar y mañana actuaré en Úbeda. En marzo viajaré a Nueva York por un mes y desde allí iniciaré una extensa gira por toda América Latina».
Después de Linares, Úbeda fue la siguiente parada, seguida de Cádiz. Una vez más, el cartel de «no hay localidades» se colgó en las entradas de los teatros. La satisfacción por ver cómo uno de los sueños delineados en París había cobrado vida y recibía una respuesta arrolladoramente favorable por parte del público se mezclaba con cierta inquietud. Raphael y Gordillo, inexpertos en cuestiones de producción, no calcularon adecuadamente los gastos. La compañía era grande y, a pesar de llenar los teatros, las ganancias apenas alcanzaban para cubrir los salarios de los artistas, el alquiler de los decorados, el equipo de sonido, las luces, el autobús y la gasolina. Para ellos dos, prácticamente no quedaba nada. Fue una de las pocas ocasiones, quizás la única, en las que un mal cálculo empañó la aventura. Sin embargo, el propio Raphael admite que la experiencia tuvo un componente positivo: le permitió valorar la suerte de poder dedicarse a su pasión, incluso sin obtener grandes beneficios económicos. Las primeras actuaciones, que se desarrollaron principalmente en Andalucía, auguraban un futuro prometedor. Para Raphael, aquel cartel de “no hay localidades” era un sueño hecho realidad. En sus memorias, confiesa que veía ese cartel como el símbolo absoluto del éxito. De hecho, cuando quedaban en taquilla unas pocas entradas sin vender, Paco las compraba para asegurarse de que el ansiado cartel se exhibiera.
Todo lo necesario para arrancar el proyecto había salido directamente del bolsillo de Raphael. Cuando éste se agotó, la continuidad dependió exclusivamente de lo recaudado en taquilla. La discográfica Barclay no ofrecía respaldo económico, ya que su interés estaba depositado únicamente en el mercado francés y algunos «países afines», dejando fuera al público español.
Tras las paradas en Andújar, Linares y Cádiz, siguieron Málaga, Murcia, La Línea y Granada. En prensa local aparecían anuncios como: «Teatro Cervantes. RAPHAEL con su gran espectáculo NOCHES DE RONDA. Colaboran con Raphael (La voz de humo) CARMEN JARA, joven estrella de la canción. LOS ROMEROS, con MARÍA MARTÍN y PACO TORRES. HERMANAS NAVARRO. MARINA y ACERO, bailes internacionales. LES JOSEPHINES, atracción de acordeonistas. RAFAEL PRIETO, concertista de guitarra. Dirección musical, FRANCISCO JAVIER UTRERA». Estos anuncios también eran financiados por Raphael. A pesar de las erratas en los nombres —los bailarines eran «Karina y Acero», no «Marina y Acero»—, los anuncios tenían una presencia destacada en los periódicos locales.
El periódico granadino El Ideal hizo una crítica tras el paso del espectáculo por Granada: «Noches de ronda, con Raphael. Un sencillo espectáculo basado en una sucesión continua de canciones y bailes al estilo escénico de variedades. Naturalmente, el foco principal es el sentimentalista cantante Raphael, cuya voz y estilo particular ya son conocidos por la televisión y la difusión de sus discos. Este espectáculo está dedicado especialmente al público femenino, que encuentra en Raphael a uno de sus intérpretes favoritos, particularmente popular entre las jovencitas actuales. Acompañan al joven cantante grupos como Los Romeros, Hermanas Navarro, Les Josephines y otros artistas destacados de la varieté».
La gira continuaba su recorrido por el sur del país con críticas generalmente favorables. Entre todas las paradas, Raphael recuerda con especial cariño el éxito cosechado en Algeciras. Al agotarse las localidades durante todas las funciones previstas y contar con algunos días libres antes del próximo compromiso, él y Gordillo decidieron extender las presentaciones en esa ciudad. Sin embargo, el dueño del teatro no quiso asumir lo que consideraba un riesgo innecesario. Raphael, que se mostraba firme ante la adversidad y especialmente frente a los temores ajenos, optó por alquilar el teatro directamente y asumir el rol de empresario. Era una decisión arriesgada que requería un desembolso considerable y que, en caso de fracasar, habría significado el abrupto final de la gira. De haber salido mal aquella apuesta, el autobús con la leyenda «Noches de Ronda. Raphael presenta» habría emprendido su regreso a Madrid para devolver a los artistas a sus hogares y retornar los decorados, luces y equipos a sus respectivos almacenes.
Paco Gordillo pasó la noche supervisando la colocación de carteles por toda Algeciras. La ciudad amaneció empapelada para anunciar la prórroga del espectáculo de Raphael. Al día siguiente, cuando salió del hotel para promocionar el evento en una emisora de radio local, ocurrió algo inesperado: cientos de personas se habían congregado en la calle para verlo. Por primera vez, los fans no esperaban al artista en un teatro, sino que se reunían afuera únicamente para conseguir un autógrafo. En ese instante, Raphael entendió que la apuesta por extender las funciones tendría un desenlace positivo. Aquellos primeros seguidores frente al hotel eran la prueba palpable del interés que generaba su espectáculo. Los dos nuevos conciertos terminaron siendo un rotundo éxito, y el famoso cartel de «no hay localidades» volvió a adornar la entrada del teatro.
La gira da un giro
Tras el triunfo en Algeciras, Noches de ronda llegó a Zaragoza. Este era el primer destino fuera de Andalucía, con la excepción de Murcia. Paco Gordillo tenía sus reservas sobre esta etapa, pero Raphael, embriagado por el auge de su popularidad y convencido por los empresarios, decidió seguir adelante. Como relata en sus memorias, «por aquel entonces, en un momento de completa euforia, llegué a creer -sin exagerar- que Zaragoza, Grecia, Roma y hasta el Lejano Oriente debían rendirse a mis pies».
Inicialmente, la aceptación del público fue considerable. Se organizaron seis funciones en tres días en el teatro Principal. Aunque el primer día no se llegó a llenar la sala, las críticas fueron muy favorables, y los días posteriores lograron sold out. Todo parecía ir bien.
Sin embargo, los problemas comenzaron a asomar en la segunda etapa de la gira, marcada por lo que Raphael luego denominaría la tournée del hambre. Con el empeño del empresario en prolongar las presentaciones dos semanas más, coincidiendo con el inicio de la Cuaresma, comenzaron las complicaciones. Raphael no consideró relevante la coincidencia con este período religioso. Fue un error de cálculo. Durante esas semanas, tanto en el teatro Principal como en otras ciudades cercanas como Huesca, la demanda de entradas cayó drásticamente. Además, el título del espectáculo no ayudaba, ya que un público enfocado en aspectos religiosos quizás no encontraba apropiado asistir.
La situación económica se deterioró rápidamente. Todo lo recaudado durante los exitosos conciertos en Andalucía se evaporó. Apenas quedaba dinero para cubrir los gastos del equipo, y mucho menos para pagar a los artistas. Raphael y Paco Gordillo llegaron al punto de no tener dinero ni siquiera para comer. Literalmente.
La falta de alimento comenzó a manifestarse físicamente en Raphael, quien empezó a padecer desmayos con frecuencia. Su compañero trataba de justificar la situación ante los demás diciendo que se debía a las costumbres del cantante de tomar baños con agua muy caliente, lo cual le causaba bajadas de tensión. Sin embargo, la verdadera causa era la inanición, que afectaba gravemente su salud.
En los momentos más críticos, Paco lograba conseguir algún plato de comida sencilla como judías o un bocadillo para intentar aliviar el hambre del artista, pero Raphael estaba al límite de sus fuerzas físicas y emocionales.
Tras cumplir con los compromisos en Aragón y sus alrededores, aunque no sin dificultades, el espectáculo Noches de ronda volvió a Andalucía. Fue en el regreso al teatro San Fernando de Sevilla cuando su protagonista decidió dar un giro al nombre de la propuesta, transformándolo en Festival en color. Con esta nueva etapa, visitaron ciudades donde ya se habían presentado anteriormente, obteniendo resultados similares: la crítica continuaba siendo muy favorable, y el público —sin importar si era numeroso o reducido— respondía con entusiasmo y aplausos. Sobre las actuaciones sevillanas, el diario ABC destacaba: «Con un estilo singular que combina una voz clara y expresiva con un porte enérgico y gesticulante, características propias del género que interpreta, Raphael logró un éxito rotundo, especialmente con la canción Gitanos en caravana, con la que cierra la primera parte del espectáculo y exhibe, sin duda, el más destacado brillo de sus originales cualidades vocales». En esta ocasión, fue Manuel Gordillo quien dirigió la orquesta.
Por otro lado, el periódico El Sur relataba la presentación en el teatro Cervantes de Málaga desde una perspectiva diferente: «Este Raphael parece ser el ‘Cordobés’ de las canciones modernas. Su éxito es arrollador y el público se entrega por completo. No cabe duda de que lo justifica, ya que se entrega a sus canciones con todo su espíritu. Con una voz poderosa —como demostró incluso sin depender del micrófono en ciertas ocasiones— y con pasión y ritmo. Fue ovacionado especialmente por sus admiradoras, aunque ni ellas ni otros espectadores asistieron en gran número al teatro Cervantes […]». Finalmente, aunque la asistencia no fue multitudinaria, Festival en color obtuvo una acogida más que satisfactoria, y Raphael se llevó las ovaciones más prolongadas de la velada.
A partir de ese momento, los acontecimientos comenzaron a desarrollarse rápidamente en la carrera del artista, una dinámica que continuaría marcando su trayectoria. En pocos meses, Hispavox adquirió el contrato que Raphael tenía con Barclay, la gira de Festival en color llegó a su fin, y el cantante decidió emprender un reto ambicioso: ofrecer un recital como solista en un teatro de Madrid. Un año después, aproximadamente, el teatro de la Zarzuela sería escenario del primer recital en solitario de un intérprete de música ligera en España: el histórico concierto debut de Raphael.