En el ascenso de una carrera que ya prometía grandes cosas pero cuyo alcance sería mucho mayor con el tiempo, el cine emergió como un socio invaluable para Raphael. La posibilidad de estar presente en innumerables pantallas distribuidas por decenas de países se convirtió en un elemento clave para dar forma a la internacionalización de un fenómeno que todavía no encontraba límites.
En 1962, poco después de alzarse con el triunfo en el Festival de Benidorm, Raphael recibió una inesperada visita en su camerino del teatro San Fernando de Sevilla. Se trataba de Leonardo Martín, un destacado productor cinematográfico, quien se acercaba con una propuesta interesante: quería saber si este joven talento musical, cuya fama comenzaba a germinar en España aunque aún de forma discreta, estaba interesado en incursionar en el cine.
La respuesta afirmativa del cantante bastó para poner en marcha algunas reuniones entre él y Martín, en las que determinaron que lo más prudente sería contactar a Antonio del Amo, un prestigioso director y amigo del productor. El objetivo era realizarle a Raphael una prueba de cámara para comprobar su fotogenia y definir si poseía el carisma necesario para triunfar frente al lente. Antes de embarcarse en un proyecto de gran envergadura, era esencial garantizar que el cantante «funcionaba» en pantalla.
Por coincidencia, Antonio del Amo se encontraba preparando una película titulada Las gemelas, cuyo eje era el lucimiento de Maleni Castro, una niña a la que se aspiraba catapultar hacia la fama. En lugar de efectuar la típica prueba de cámara, el director optó por incluir a Raphael en el filme en una breve participación especial; una decisión que fue bien acogida tanto por Leonardo Martín como por el propio artista, considerando además la oportunidad de promoción que representaba.
Así fue como Raphael hizo su debut oficial en el cine con Las gemelas, donde interpretó la canción Te voy a contar mi vida mientras tocaba el acordeón. En otra escena tuvo un breve diálogo con José Bódalo, un actor que había sido inspiración para él durante su juventud y cuya influencia contribuyó al deseo de Raphael de convertirse en artista.
Aunque la película no logró mayor éxito comercial ni crítico, esta incursión sirvió como una valiosa prueba de cámara para Raphael y su equipo. El paso por la pantalla grande quedaría como un discreto inicio para lo que vendría más adelante.
Sin embargo, transcurrieron tres años sin que ni Leonardo Martín ni otro productor hicieran nuevas ofertas cinematográficas al cantante, aunque este periodo fue crucial para consolidar su figura pública. Fue precisamente durante estos años cuando temas como La canción del tamborilero hicieron eco masivo, desempeñando un papel importante en su explosión artística y elevando su nombre hacia notoriedad nacional e internacional.
Cuando tú no estás
En 1965, Raphael ya era una figura destacada en el panorama musical español, aunque su éxito aún no había cruzado las fronteras del país. Esa situación estaba por cambiar. En ese momento, Leonardo Martín, reconocido productor, volvió a tocar su puerta y le ofreció protagonizar su primer largometraje.
Raphael entendía la importancia que podía tener un papel protagónico en el cine para su carrera, especialmente si se trataba de un proyecto elaborado a gran escala y diseñado a su medida. La película contaba con la producción de Leonardo Martín, la dirección de un emergente pero prestigioso Mario Camus, la fotografía de Juan Julio Baena y un elenco de actores reconocidos como María José Alfonso y Margaret Peters, una actriz inglesa cuya participación daba un toque internacional al proyecto.
Cuando tú no estás nació como una historia diseñada para resaltar la figura de Raphael y sus canciones. El guion estaba inspirado en buena parte en la propia vida del artista: la travesía de un joven provinciano que sueña con ser cantante, llega sin recursos a Madrid y enfrenta el rechazo de varias discográficas debido a su estilo interpretativo único. Es el relato de un aspirante que encuentra en un productor novato la confianza que necesita y en un músico el talento para crear canciones que acabarían convirtiéndose en grandes éxitos. Todo ello refleja la esencia de Raphael: un joven cuya ambición trasciende los bailes y busca ofrecer recitales en teatros donde el público lo escuche en completo silencio.
Aunque basado parcialmente en la realidad, el guion también incluyó elementos ficticios. Raphael se enamora de Laura, una enigmática joven que conoce durante un día lluvioso. Laura, afectada por una enfermedad terminal, fallece más adelante, dejando a Raphael devastado. Como despedida, interpreta para ella la emotiva canción “Cuando tú no estás”.
La trama busca llegar al corazón del espectador con sencillez y efectividad. El objetivo principal del filme era aprovechar la popularidad de Raphael para alcanzar un éxito rotundo en taquilla y, de paso, ampliar el alcance de su figura y música. Y eso fue exactamente lo que ocurrió. La película se estrenó en 1966 y no tardó en convertirse en un rotundo éxito en España y otros países de habla hispana. Más de cuatro décadas después, sigue figurando entre las veinte películas españolas con mayor cantidad de espectadores en la historia del cine nacional.
La banda sonora de Cuando tú no estás incluye temas icónicos como «Yo soy aquel», «Desde aquel día», «Estuve enamorado» y el que da nombre a la película. Este filme marcó un punto crucial en el ascenso de Raphael durante una etapa clave de su carrera. Ayudó a consolidarse como artista y abrió el camino hacia su expansión internacional.
Fue tal el impacto positivo del proyecto que Raphael protagonizó dos películas más bajo la dirección de Mario Camus. En 1967 se rodó Al ponerse el sol con prácticamente el mismo equipo técnico y actores como Serena Vergano y Ana María Noé. En esta ocasión, Raphael interpretó a David, una estrella musical al borde del colapso debido a una grave crisis personal. El tono fue más dramático e introspectivo, alejándose del estilo optimista de la película anterior. Si bien Al ponerse el sol fue rentable y nuevamente incluyó canciones memorables como «Hablemos del amor», no logró igualar el impacto cultural ni comercial de Cuando tú no estás ni de futuros proyectos del artista.
Digan lo que digan
A pesar del rotundo éxito de taquilla alcanzado por Cuando tú no estás, fue la tercera colaboración de Raphael con el director Mario Camus la que tuvo mayor proyección internacional: Digan lo que digan.
Inicialmente, el filme iba a titularse Al margen de la vida, nombre de una de las canciones presentes en su banda sonora. Sin embargo, finalmente se optó por renombrarlo para aprovechar el atractivo del tema principal de la película, una decisión que resultó ser todo un acierto.
Con una cuidada selección musical, paisajes de ensueño como Buenos Aires, Bariloche y las majestuosas cataratas del Iguazú, y un elenco liderado por Serena Vergano e Ignacio Quirós, Digan lo que digan ofreció una emotiva historia con un desenlace agridulce. La película narra el viaje de Pablo, un joven cantante que se traslada a Argentina en busca de su hermano.
Este filme supuso un éxito sin precedentes para Raphael en toda América Latina, un mercado natural para su talento. Pero, además, abrió las puertas de un territorio hasta entonces inalcanzable para él: la Unión Soviética. El estreno en Moscú y su enorme repercusión se convirtieron en el detonante para que Raphael emprendiera su primera gira por ese colosal país unos años más tarde.
El impacto del cine
Regresemos a 1968 para destacar la trascendencia que tuvieron estas tres primeras incursiones de Raphael en el cine para consolidar su carrera.
En una época en la que la televisión apenas comenzaba a consolidarse —con Estados Unidos y Gran Bretaña muy por delante— y careciendo de los medios modernos de difusión global, el cine representaba un escaparate invaluable para cualquier artista. Ver el nombre propio en la marquesina de cines emblemáticos como el Palacio de la Música o el Palafox en Madrid, o figurar en las pantallas de numerosos cines repartidos por ciudades fuera del circuito habitual de giras, era una oportunidad única para conquistar públicos masivos. Solo a través del cine podía lograrse este nivel de presencia artística.
Para Raphael, estas tres películas fueron exactamente eso: un medio extraordinario para difundir sus primeros éxitos. En una era en que los filmes no se descartaban rápidamente tras semanas en cartelera, sino que permanecían durante meses en los cines, temas como Yo soy aquel, Desde aquel día, Cuando tú no estás, Hablemos del amor o Estuve enamorado resonaron durante años en los corazones de cientos de miles de personas alrededor del mundo.
Dejando a un lado Las gemelas, podría considerarse que Cuando tú no estás, Al ponerse el sol y Digan lo que digan conformaron una suerte de trilogía inicial en la trayectoria cinematográfica de Raphael. Esta etapa, marcada por historias más dramáticas, el estilo característico de Mario Camus y una ejecución contenida, dejó una huella imborrable.
Lo sucedido entre 1965 y 1968 marcó un antes y un después para Raphael. Aunque logró hazañas aún más relevantes en años posteriores, esos tres o cuatro años, justo tras superar la mitad de la década de los sesenta, representaron el momento clave en que un artista exitoso se transformó en algo mucho mayor: un fenómeno extraordinario en toda expresión.
Y gran parte de ese ascenso tuvo como motor al cine.
Más adelante aparecería Vicente Escrivá con guiones renovados y un enfoque completamente distinto, inaugurando una segunda etapa cinematográfica. Esta nueva fase no solo contrastó con la primera, sino que también ofreció a Raphael un cambio radical en el rumbo de su carrera artística.