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Los años setenta fueron una etapa de constante exploración para Raphael, marcada por giras interminables, incursiones cinematográficas e incluso una serie para la televisión mexicana. Durante esta década, también se embarcó en proyectos innovadores, entre ellos dos iniciativas especiales: “El Raphael Show” y “El mundo de Raphael”.

El 15 de octubre de 1973, a las siete y media de la tarde, las voces enérgicas de un locutor y una locutora anunciaban: «Radio Madrid… ¡La SER, por su cadena de emisoras, presenta El Raphael Show! Entrevistas, humor, canciones, artistas españoles e internacionales y, sobre todo, Raphael con su show y sus canciones. ¡El Raphael Show: una hora viva e increíblemente breve que será conducida, dirigida e interpretada por Raphael!»

Un año después de su boda con Natalia Figueroa, siendo ya padre y tras regresar de su primera gira por Japón, Raphael debutó como anfitrión de un programa radial. Allí no solo interpretaba sus recientes éxitos en solitario, sino que también daba la bienvenida a colegas del ámbito musical, teatral y cultural.

Las primeras palabras de Raphael fueron:

«Señoras y señores, querido público presente, queridos radioyentes de toda España: lo primero que diría un artista al empezar una nueva faceta en su carrera sería que estoy muy nervioso, que me perdonen los errores, que lo he pasado muy mal anoche… No, yo ni estoy nervioso ni lo he pasado mal. Estoy muy tranquilo y muy feliz. Estoy tranquilo porque…, porque tengo razones, claro, para estar tranquilo. Porque tengo un equipo atrás que me ayuda y me lo da todo casi hecho. Tengo en el control y en el montaje musical a Juan Antonio Nieto, Jesús Alarcos, Francisco José Tomillo, Peña, a mi octeto propio de músicos que tanto quiero, a Rafael Revert, a Nacho Artime, a Joaquín Luqui, a Alfredo García Segura, a Alfredo Tocildo, a Basilio Rogado…, en fin, a mucha gente que son mucho más profesionales y mucho mejores que yo en la radio. Pero, claro, tienen una desventaja: que ellos no saben cantar [risas]. Yo, a veces, sé cantar y quiero en este mi show todos los lunes, si ustedes lo escuchan todos los lunes, cantar una canción nueva cada lunes. He aquí la primera.»

El programa inaugural tuvo lugar en un pequeño teatro ubicado en la calle Hilarión Eslava, el mismo donde una década atrás Raphael había participado en su audición para el Festival de Benidorm. Su apertura musical corrió a cargo del tema “Mi amante niña, mi compañera”.

El público presente aplaudió emocionado mientras Raphael daba inicio a este nuevo proyecto. En esta primera emisión también se presentó José Luis Moreno—ventrílocuo por aquel entonces—acompañado de su famosa muñeca Coco, quien representaba a una fan descontrolada que acosaba humorísticamente al artista. La primera invitada del programa fue nada menos que la duquesa de Alba, con quien Raphael mantuvo una breve conversación antes de dar paso al siguiente segmento: un concurso dirigido a nuevos talentos musicales.

«Y sigue el show. Queridos amigos, a mí, ha llegado un momento en mi carrera en el que me gusta mucho ayudar a los que empiezan. Y como yo también tuve que empezar alguna vez, hace ya años, cuando yo era joven, sé lo difícil que es eso. Y por lo mismo quiero tender una mano a todos aquellos que empiezan, a los que han escrito, y ustedes, querido público, son los que van a juzgarles y con sus votos, que tienen que mandar a Radio Madrid, a la Cadena SER, dar el premio a aquel que sea mejor.»

El concurso consistía en la participación de dos aspirantes no profesionales por programa. De cada encuentro salía un vencedor que avanzaba hacia las semifinales hasta seleccionar al ganador definitivo con el objetivo de descubrir una «nueva voz» para el panorama musical. Aunque ninguno logró consolidarse públicamente con el tiempo, los primeros concursantes fueron Mercedes Rodrigo Vilaseca y Jimmy Morrow.

Poco a poco se fue delineando la estructura del programa. Tras el concurso, Raphael interpretaba otra canción y luego presentaba a su primer artista invitado: Leonardo Favio. El destacado cantautor argentino, autor de Ella, uno de los mayores éxitos de Raphael, aparecía guitarra en mano para repetir una estrofa de Mi amante niña, mi compañera. Además, revelaba que había escrito esa canción especialmente para Raphael al enterarse, meses atrás, de que esperaba su primer hijo con Natalia. «El hijo de tus entrañas tendrá tus ojos de niña buena y tu risa de campana, mi amante niña, mi compañera».

Después de Favio, Natalia Figueroa, quien tuvo participación en todos los programas, leía un artículo escrito por ella titulado «Mejor como amigo». Esta fue, tanto la primera como la única ocasión en la que Natalia y Raphael colaboraron juntos profesionalmente.

El cierre del primer programa estuvo a cargo de una gran amiga del artista, la estrella italiana Rita Pavone. A lo largo de los siguientes veinticinco episodios, Raphael compartió escenario con periodistas, actores y cantantes como Aurora Bautista, Lola Flores, Emilio Romero—quien había hecho las paces con Natalia y Raphael tras publicar erróneamente que se iban a casar—y muchas otras figuras destacadas: Alberto Cortez, Gigliola Cinquetti, Luis María Ansón, Facundo Cabral, Celia Gámez, Antonio Mingote, Cecilia, Nancy Holloway, Emilio José, Antonio Gala, Carmen Sevilla, Augusto Algueró, Ana María Drack, Miguel de la Quadra Salcedo, Rosa León, los Tres Sudamericanos, «La negra grande de Colombia», Juanita Reina, los Marismeños, Marifé de Triana, Sandie Shaw, Mary Sampere, Al Bano, Tico Medina, Miguel Ríos, Donna Hightower, José María Pemán, Lucía Bosé, Amalia Rodrigues, Manolo Santana, Lorne Lesley, el Cordobés, los Bravos, Emma Penella, Pepe Domingo Castaño, Miguel de los Santos, Betty Missiego, María Rosa, Paquita Rico, Antonio Machín, Pastora Imperio, los Machucambos y Massiel.

Cada encuentro era único: con algunos conversaba; con otros interpretaba canciones; también bailaba y actuaba. Entre los momentos más memorables destaca su dueto con Sandie Shaw cantando Puppet On a String (Marioneta en una cuerda), el tema con el que la cantante británica venció a Raphael en Eurovisión 1967. Otro instante inolvidable fue su interpretación de Vuelvo a Granada junto a Miguel Ríos (adaptando el estribillo para incluir «vuelvo a Linares»). Igualmente destacable fue su Lisboa antigua con la reina del fado Amalia Rodrigues.

Especial mención merece su explosiva actuación con Lola Flores. Raphael la presentó con estas palabras: «En El Raphael Show, así de sencillamente… porque mientras más grande es alguien más sencilla tiene que ser su presentación… señores oyentes y presentes: Lola Flores». Ambos se abrazaron y comenzaron a elogiarse mutuamente. Raphael confesó: «Lola, sabes la admiración tan inmensa que yo tengo por ti. No hoy, sino desde siempre. Para mí tú has sido y sigues siendo alguien muy especial». Por su parte, Lola respondió: «Solo quiero decirte unas palabras llenas de cariño. Soy una gran admiradora tuya, no como todas las que tienes sino porque como artista sé bien lo que significan tus esfuerzos. Sé lo que ha sido tu trabajo y tu trayectoria. Como me acaban de leer la mano y me dijeron: ‘No ha sido fácil la vida para usted’, yo les contesté: ‘No comencé por mucho y he llegado hasta aquí gracias a mi dedicación’. Lo mismo te digo sin necesidad de leerte tu mano: comenzaste trabajando duro y tenías que alcanzar todo esto porque nadie permanece en el anonimato cuando se es grande como tú. Estoy muy agradecida de que me hayas invitado a este show de radio que hacía tanta falta en España. Y no podía comenzar ni más ni menos que contigo, nuestra máxima figura en España y en el mundo. Muchas gracias».

El Raphael Show representó los primeros duetos en la carrera del artista como anfitrión. Aunque tres años antes ya había interpretado Jinetes en el cielo junto a Tom Jones y anteriormente con Petula Clark como invitado, esta dinámica suponía algo novedoso para él. Sería más común décadas después en sus especiales navideños pero en aquel entonces marcó una forma ideal de mostrar camaradería entre profesionales del mundo musical.

Raphael en la televisión

En 1975, dos años después del inicio de su exitoso programa de radio, Raphael regresó como anfitrión, esta vez en Televisión Española. La cadena decidió producir una serie titulada La hora de…, inspirada o imitando los programas de las televisiones estadounidense y británica, que en aquel entonces llevaban una gran ventaja no solo técnica, sino también en cuanto a contenidos. Algunos ejemplos emblemáticos eran El show de Dean Martin, La hora de Julie Andrews o El show de Carol Burnett. La lista podría ser interminable.

El concepto detrás de la propuesta era que cada entrega fuera presentada por un artista reputado en el momento. Así nacieron La hora de Julio Iglesias, La hora de Luis Aguilé, La hora de Rocío Dúrcal, La hora de Mocedades, La hora de Massiel, entre otras. Cada especial seguía un formato similar a sus referentes internacionales: el artista principal interpretaba sus propios temas y presentaba a invitados estelares, quienes también ofrecían actuaciones musicales. A veces se realizaban dúos y participaban en sketches cómicos.

En 1966, Raphael había sido invitado al programa This is Petula Clark de la BBC en Londres, una experiencia que quizás sembró la idea en su mente de llevar algo similar a España. Su sueño era crear un gran espectáculo de variedades para Televisión Española, en el que coincidieran músicos, cantantes y cómicos destacados. Una especie de El Raphael Show, pero con todo el encanto audiovisual.

Aceptando la propuesta de Televisión Española, Raphael decidió adaptar el formato con ciertas modificaciones clave. Se acordó que no sería solo un programa aislado, sino cinco. Además, se cambiaría el nombre inicial (La hora de Raphael) por El mundo de Raphael. En este espectáculo no solo se incluirían canciones, invitados destacados y sketches cómicos, sino también fragmentos de comedias musicales interpretados por él mismo.

El primer especial se emitió el 30 de noviembre y fue presentado por el periodista chileno Raúl Matas, amigo cercano del artista. Una escena entre bambalinas justo antes del inicio marcó un momento inolvidable: Matas ayudaba a Raphael a colocarse su chaqueta mientras el público llenaba las gradas y los técnicos ajustaban los últimos detalles. Ambos sostuvieron un dialogo íntimo:

“¿Estás nervioso?”
“Un poco. Siempre hay que estar un poco nervioso.”
“¿Y en qué piensas antes de salir a escena, ya sea en un teatro, en un recital o antes de empezar u n programa?”
“No pienso ya. Ya lo pensé antes. No…, ahora ya solamente deseo que todo lo que he soñado salga bien. Pero no por mí solo, sino que salga bien todo. Que salga bien Cliff, que salga bien ‘Billy’, que salga bien Lina, que salgan bien todos los artistas que están invitados en este programa.”
[..]
“¿No nos vas a decir entonces qué se siente antes de que comience el show?”
“Pues ahora, en este momento…, ganas de salir corriendo.”

De fondo, mientras conversaban, una voz pedía a los presentes apagar sus cigarrillos, algo que hoy sería inconcebible en un plató televisivo.

A lo largo de los cinco especiales que conformaron El mundo de Raphael, el cantante compartió escenario con invitados extraordinarios. Entre ellos destacó Montserrat Caballé, quizás uno de los momentos más icónicos: “¿Qué les puedo decir? Estoy muy emocionado porque nunca imaginé contar en un programa mío con una calidad vocal tan alta como esta. Los cantantes sabemos valorar esto. ¿Verdad que sí, colegas que ven este programa? Señoras y señores, Montserrat Caballé.” Era la primera aparición televisiva de la renombrada soprano fuera del ámbito lírico.

Otros programas memorables incluyeron la colaboración con Cliff Richard, estrella inglesa; Abbe Lane, llena de espectacularidad; o Patty Labelle, con quien interpretó Lady Marmalade, un tema que en ese momento lideraba las listas mundiales. También dejó huella su actuación junto a Gina Lollobrigida interpretando un sugerente Bésame mucho. Con María Dolores Pradera compartió el tema El rey, mientras que con Manuel Alejandro, su compositor habitual y uno de los más alabados, rememoró Desde aquel día con él al piano.

Esta serie marcó un hito en la historia televisiva española y consolidó aún más la multifacética trayectoria de Raphael como uno de los grandes artistas del espectáculo.

En el programa El mundo de Raphael, el icónico cantante llevó a cabo interpretaciones de fragmentos de tres célebres comedias musicales: Billy the Liar, Pippin y Oliver. Lo hizo acompañado de artistas como Rosa León, Esperanza Roy, Zori y Santos, y se aventuró incluso con La verbena de la Paloma, compartiendo escenario con figuras destacadas como Pilar Velázquez, Raúl Sender, Florinda Chico y Fedra Lorente.

Habiendo dedicado la segunda parte de sus conciertos en el Palacio de la Música en 1974 a la emblemática Jesucristo Superstar, este programa marcó uno de sus primeros acercamientos al fascinante mundo de la comedia musical. Tiempo después, durante la gira conmemorativa de su vigésimo aniversario, Raphael retomaría extractos de esta ópera rock, además de otros grandes éxitos del género, como Hair, Sweet Charity y A Chorus Line.

Su incursión en este ámbito alcanzaría su punto máximo ya en el siglo XXI, cuando asumió el papel protagonista de Jekyll & Hyde.